Debranding: ¿eres un hombre anuncio?

 Hace años era habitual ver en las principales zonas comerciales de una gran ciudad personas con carteles de "compro oro". Estas personas se paseaban, con su cartel, por las calles más transitadas mostrando su anuncio. Y, lógicamente, cobraban por ello.

Hoy en día, con la moda actual de enormes logos en las prendas, ocurre lo contrario. El trabajo es el mismo, pero pagamos por portar el cartel

En Difusor hablan sobre ello. Y sobre la aceptación, casi unánime, de lucir el nombre de la marca de la prenda en el pecho. Casi, con orgullo. Cuando la marca está realizando una excelente técnica publicitaria gracias a nosotros. Vamos al supermercado, llevamos los niños al colegio o salimos a cenar haciendo publicidad de una marca completamente gratis.

Y, sinceramente, te ves así:

Hombre anuncio

Imagen de: Michael Martin from Cypress, Texas

Pensemos en cuanto podría suponer, para la marca, contratar ese espacio publicitario en la calle. Nosotros lo estamos haciendo, al lucir sus logos, sin recibir nada a cambio.Y lo hacemos para multinacionales rodeadas de polémicas.

Son muchas las personas que no desean pasearse con logos o mensajes de marcas. Y recurren al debranding. Lo hacen evitando comprar prendas que nos intenten utilizar de hombre anuncio. O, si tienen algún logotipo, que se pueda eliminar fácilmente.

Y es que con unas simples tijeras o un descosedor podemos, por ejemplo, eliminar las etiquetas de unos Levi's 501 fácilmente. Seguirán siendo los mismos vaqueros, igual de cómodos y atemporales. Pero sin que parezcamos una valla publicitaria.

Además, las prendas sin logos ni nombres de marcas visibles casi siempre se ven mejor. Un polo de punto sin marcas destacadas resulta, en mi opinión, mucho más elegante que uno con letras grandes o un logotipo bordado en el pecho. Recuerda que las mejores marcas apuestan por la calidad, no por el supuesto "prestigio" de exhibir su nombre. De hecho, cuando ves un cocodrilo o un jugador de polo ocupando medio pecho, es bastante probable que la calidad de la prenda sea inversamente proporcional al tamaño del logo.


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